Pon esto. Me llegó un mensaje de Talitha: —Está muy bien, pero: �¿Qué haces? » �No es un poco…? —No le des vueltas. Tú mándalo. Sinceramente, no me extrañaría que tardara tres días en contestar por resentimiento. Lo he mandado. Y después me he arrepentido inmediatamente y he ido a los angeles nevera. Nada más sacar una bolsa de queso rallado y una botella de vino me ha entrado un mensaje. <¡Jonesey! Me preocupaba que te hubieras ahogado en tu propio vómito. Estoy en el vacation resort de Wigan, tengo una reunión con el departamento de reciclaje del concejo municipal. �Qué haces? �Buscar las gafas? > Roxster es fantástico. Ni siquiera necesito mandarle un mensaje a Talitha o revisar las �Reglas del ligoteo» para ver que se trata de una invitación. �Lo es! �No me cabe l. a. menor duda! Ay, no, pero si este fin de semana es lo del evento Fuera Cascos en St. Oswald’s residence. Y no puedo contarle a Roxster que mi madre está en una colonia de jubilados, porque su madre podría tener los angeles misma edad que yo. Después, acordándome de que tenía que ponérselo fácil para que propusiera quedar, he añadido: Se ha producido una pausa preocupante. <¿Qué te parece el viernes por l. a. noche? Pero pienso meterme un libro en los pantalones. > <¿Será un libro de autoayuda para ligar? > EVENTO FUERA CASCOS Sábado, 26 de enero de 2013 sixty one kg (la culpa de esta preocupante recaída en l. a. obesidad los angeles tiene mi madre); mensajes de Roxster: forty two; minutos pasados imaginando cómo será quedar con Roxster: 242; niñeras para que pueda quedar con Roxster: zero. 10. 30. Ha llegado el día del evento Fuera Cascos de St. Oswald’s condo. El teléfono ha sonado justo cuando intentaba convencer a Mabel de que se quitara l. a. camiseta brillante y las mallas púrpura que se había puesto no sé cómo mientras yo estaba arriba (Mabel se niega a aceptar que las mallas son más de los angeles sección de medias que de l. a. de pantalones y que hay que llevar algo encima sí o sí) y se pusiera el conjunto de vestido y chaqueta que mi madre le había mandado, directamente sacado de los años cincuenta: blanco, lleno de corazones rojos, con una sobrefalda exagerada y un gran lazo rojo atado atrás. —Bridget, no vas a llegar tarde, �no? Es sólo que Philip Hollobine y Nick Bowering hablarán a l. a. una en punto para que después nos dé tiempo a comer.