HISTORIAS DESDE EL CORAZÓN ZONA DE OBRAS Una gran empresa de Nueva Zelanda quería hacer algo para su comunidad: no por altruismo, sin por negocio. Lo recurring sería subvencionar un centro juvenil o construir un parque. Alguna mente sabia le aconsejó «adoptar una escuela neighborhood» en el barrio deprimido donde estaba situada los angeles fábrica y que no contribuyera con dólares, sino con tiempo. Los empleados tenían los angeles oportunidad de ir a l. a. escuela para ocuparse de un niño con dificultades en calidad de coach y ayudarle con las matemáticas, l. a. lectura o l. a. tecnología. Podían hacerlo dos horas a l. a. semana en horario laboral. l. a. escuela coordinaba el programa. l. a. empresa ponía los recursos humanos. El resultado fue que los niños problemáticos gozaban de dos visitas semanales en tiempo escolar del teach adulto asignado. El efecto del programa fue tal que durante dos años los índices de evaluación nacional de los angeles escuela aumentaron ostensiblemente. Éste fue solo uno de los resultados, al que habría que añadir el aumento de autoestima de los niños y los beneficios a largo plazo por haber orientado a los chicos hacia estilos de vida positivos. ¿Qué pasaría si utilizáramos las energías positivas de nuestras empresas y corporaciones para crear contacto humano y hacer que l. a. vida de los chicos fuera un poco más rica en vez de limitarnos a las donaciones económicas? Es difícil saber dónde se detendría una implicación de esta naturaleza. Conocer chicos con problemas cambia tu perspectiva; el beneficio puede ser recíproco. ¿Tal vez podría funcionar en l. a. organización a l. a. que perteneces? Este tipo de planteamientos puede cambiar el mundo. HISTORIAS DESDE EL CORAZÓN INICIACIÓN Es otoño en una bella isla australiana. Doce hombres con mochilas y abrigos y nueve adolescentes de edades comprendidas entre los catorce y los diecinueve años llegaron hace tres días a l. a. isla en el ferry. Ahora esperan a que vuelva para que los lleve a casa. Su estado de ánimo es reflexivo y sereno, como las aguas transparentes que rodean el resguardado desembarcadero. Siete de los chicos son hijos de los hombres mayores; dos de ellos son chicos sin padre; algunos padres están casados, dos están separados y uno es padre soltero. Hace tres días caminaron hasta una cabaña remota de l. a. isla, donde cocinaron el almuerzo, exploraron, jugaron y se bañaron en una playa virgen barrida por el viento. Por l. a. noche, cogieron los abrigos y caminaron a través de los angeles oscuridad hasta un fuego que habían preparado de antemano, y se sentaron; los chicos estaban nerviosos y bromeaban preguntándose qué ocurriría. Alrededor del fuego cada uno de los doce hombres se puso de pie y habló de su vida. Algunos se refirieron a ella con humor, otros vacilaban y hablaban con emoción. Después de esto cada padre volvió a levantarse y habló sobre su propio hijo. Refirió las cualidades de su hijo, sus recuerdos más especiales y lo mucho que quería a este chico. Los chicos sin padres recibieron igualmente este elogio de uno de los hombres que estaba allí para representarlos, añadiendo mensajes que enviaban un abuelo y un padre en los angeles cárcel.