El hombre —Howard Brennan, un instalador de calefacciones de forty four años que aún llevaba puesto el casco que empleaba al trabajar— le estaba relatando a los policías que se encontraba en los angeles banqueta frente al almacén cuando vio a un hombre armado con un rifle asomar desde una de las ventanas de uno de los pisos superiores del edificio. “Me percaté de que estaba muerto de miedo”, diría Aynesworth respecto a Brennan, quien se había dado cuenta de que los reporteros estaban escuchando los angeles conversación, lo cual lo inquietó más. “Les pidió a los policías que se deshicieran de nosotros. ” Alrededor de forty five minutos después del asesinato, Aynesworth escuchó, gracias a una interferencia en los angeles radiofrecuencia policiaca, un boletín que informaba que un elemento, el oficial J. D. Tippit, había sido abatido en un punto extremo de l. a. ciudad, en el vecindario de Oak Cliff, Dallas. Aynesworth presintió, de inmediato, que ese tiroteo estaba relacionado con el asesinato, por lo que abordó un vehículo y se dirigió a toda velocidad a Oak Cliff, donde encontró a varias personas que afirmaron haber sido testigos del homicidio de Tippit. Helen Markham, una mesera de forty seven años de edad que trabajaba en el cercano restaurante Eatwell, había visto al asesino —posteriormente identificaría a Oswald en una prueba policiaca de reconocimiento de sospechosos— apuntar con un arma al oficial y dispararle mientras éste se encontraba de pie junto a su car patrulla. “Fue los angeles cosas más extraña”, diría Aynesworth citando a l. a. mujer. “No se echó a correr. No parecía molesto ni asustado. Él sólo toqueteó los angeles pistola y me miró. ” Entonces, declaró Markham, Oswald se fue trotando. Varios minutos más tarde, Aynesworth siguió a l. a. policía cuando ésta entró en el Cine Texas, a media proyección de los angeles matiné de l. a. película battle Is Hell. Algunos testigos habían reportado que un hombre parecido a Oswald había entrado a toda velocidad en el cine sin comprar un boleto. Aynesworth observó cuando los elementos policiacos entraron en el cine, encendieron las luces y capturaron a Oswald, quien inicialmente se resistió al arresto y sacó una pistola del cinto. Después de una refriega, Oswald fue tomado bajo custodia, mientras reclamaba a voz en cuello: “Esto es brutalidad policiaca”. Aynesworth había planeado originalmente tomar un breve descanso el domingo 24 de noviembre, pero su esposa lo exhortó con urgencia a ir al centro de l. a. ciudad, al cuartel basic de los angeles policía, para observar l. a. transferencia de Oswald hacia l. a. prisión del condado. Estaba de pie a cuatro metros y medio de Oswald cuando Ruby le disparó a l. a. altura del estómago. Aynesworth conocía —y detestaba— a Ruby, un operador de un membership nocturno que se promovía a sí mismo y permanentemente buscaba hacerse amigo de oficiales de policía (con l. a. expectativa de recibir protección) y periodistas (con l. a. expectativa de recibir publicidad). “Era un lunático”, declararía Aynesworth. “Ruby period un fanfarrón; siempre tratando de colocar su fotografía en los periódicos, o fotografías de sus strippers.