La otra casa

Una esposa enferma, su más íntima amiga y una joven vecina ocasional forman parte del círculo que rodea al banquero Tony Bream cuando, in extremis, se ve obligado a pronunciar un juramento difícil de aceptar y de cumplir. En virtud de éste, no sólo su futuro queda hipotecado, sino también el de otras personas que quizá desearían no verlo tan comprometido y cuyos actos desembocan, en medio de una densa atmósfera de culpabilidad colectiva, «en una serie de acontecimientos oscuros e infelices... en sufrimientos, peligro y muerte». La otra casa (1896) fue l. a. primera novela que escribió Henry James después de sus infortunados años dedicados al teatro, y de hecho parte de un guión para una obra dramática. Es una de sus piezas menos conocidas, y en muchos sentidos extraordinaria, «un estallido de rabia primitiva que parece irracional e incontrolado», según su biógrafo Leon Edel, pero que el escritor consideraría hasta el fin de su carrera «un precedente, una lucecita divina que alumbra mi paso». En esta historia escalofriante de abismos abiertos bajo los angeles delicadeza de las formas, se cumple una técnica que el mismo texto anuncia: «Lo cierto es que los elementos del drama surgen cuando se comprimen con fuerza y, en algunas circunstancias, parecen invitar más al microscopio que a los gemelos del teatro».

Show description

Quick preview of La otra casa PDF

Best American Literature books

Letters of E. B. White

Letters of E. B. White touches on a wide selection of topics, together with the recent Yorker editor who grew to become the author's spouse; their dachshund, Fred, along with his "look of faux respectability"; and White's contemporaries, from Harold Ross and James Thurber to Groucho Marx and John Updike and, later, Senator Edmund S.

The Abundance: Narrative Essays Old and New

In popularity of the Pulitzer Prize-winning author’s lengthy and lauded profession as a grasp essayist, a landmark assortment, together with her such a lot cherished items and a few hardly ever obvious paintings, carefully curated by means of the writer herself. “A author who by no means turns out drained, who hasn't ever plodded her means via a web page or sentence, Dillard can in basic terms be loved by way of a wide-awake reader,” warns Geoff Dyer in his advent to this stellar assortment.

The Big Wave

Kino lives on a farm at the aspect of a mountain in Japan. His pal, Jiya, lives in a fishing village less than. every body, together with Kino and Jiya, has heard of the large wave. nobody suspects it is going to wipe out the total village and Jiya's relations, too. As Jiya struggles to beat his sorrow, he is familiar with it really is within the presence of hazard that one learns to be courageous, and to understand how great lifestyles may be.

Billy Phelan's Greatest Game

The second one novel in William Kennedy’s much-loved Albany cycle depicts Billy Phelan, a marginally tarnished poker participant, pool hustler, and small-time bookie.  A innovative guy packed with Irish pluck, Billy works the fringes of the Albany carrying lifestyles along with his personal specific kind and personal code of honor, until eventually he unearths himself within the risky place of strength go-between within the kidnapping of a political boss’s son.

Extra resources for La otra casa

Show sample text content

El médico le dio una palmadita en l. a. rodilla. –Si lo hubiera sabido, todavía habría mirado menos. l. a. niña ha flotado, ha ido a l. a. deriva unos cuantos metros, después los angeles corriente los angeles ha arrastrado contra los angeles base del puente y una de las aberturas del vestidito se ha trabado en una abrazadera vieja y suelta. Allí se ha quedado. –¿Y no ha pasado nadie? –No ha pasado nadie hasta que Dios ha querido que pasara yo. Dennis asimiló todo aquello como si fuera un trago largo y seco, y los dos hombres se miraron sin moverse durante un minuto. Al ultimate, el más joven se levantó. –Y, sin embargo, el riesgo de cualquier línea de conducta que no sea los angeles recta es espantoso. El médico se quedó en su sitio. –Todo es espantoso. Aprecio en gran medida –añadió– su amabilidad al recordarme el peligro que corro. No crea que no conozco exactamente en qué consiste. Pero tengo que pensar en el peligro que corren los demás. Puedo calibrar el mío, pero no el suyo. –Puedo devolverle el cumplido –contestó Dennis–. Me parece extraordinario que se ocupe del riesgo que corren �los demás», tal como usted ha dicho. El médico, con las gruesas manos cruzadas sobre el estómago, le dedicó una pequeña sonrisa pétrea. –Querido amigo, me preocupo por mis amigos. Dennis se puso en pie ante él; estaba visiblemente desconcertado. –Es muy amable por su parte que aproveche esta ocasión para dar este nombre a una character. El health professional Ramage lo observó; al advertir el mistakes de su interlocutor, todas sus curvas se tensaron. Después, mientras se ponía en pie de golpe, pareció soltar una carcajada sombría. –Confieso que los angeles personality a l. a. que usted alude no es, querido amigo… –¿Una de las que desearía proteger? –preguntó Dennis–. �Sin duda, me habría sorprendido oírselo decir! Pero usted ha hablado de sus amigos. Entonces, �a qué otra character se refiere? El médico pareció asombrarse ante l. a. pregunta. –¡Vaya, pues a los angeles dulce Jean Martle! Dennis también se sorprendió. –¡Pensaba que period l. a. primera! �Quién es los angeles otra? El médico se encogió de hombros. –¿Y quién va a ser, sino el pobre Tony Bream? Dennis pensó un momento. –¿Y qué peligro corre? –El peligro del que hemos estado hablando. –¿Hemos estado hablando de eso? –Me ha preguntado, cuando me ha dicho que sabía… Dennis, vacilando, recordó. –¿Sabía que se le acusa…? Su acompañante casi le saltó encima. –¿Ella también lo acusa? Ante este asalto, Dennis retrocedió. –¿Lo acusa alguien más? El médico, volviéndose de colour carmesí, lo había agarrado por el brazo; él le lanzó una mirada llameante. –¿No lo sabe todo? Dennis vaciló. –¿Hay algo más que saber? –Tony va pregonando que lo ha hecho él. Dennis, inexpresivo y desconcertado, volvió a dejarse caer en el sofá. –¿Que va pregonando…? –Para proteger a Jean. Dennis lo entendió. –Pero �y si ella ya está protegida? –Entonces, protege a los angeles señorita Armiger. El pobre Dennis lo miró, aterrado. –¿La cual, mientras tanto, lo denuncia a él? –Estaba de pie otra vez y, otra vez, caminó hacia el ventanal abierto y se quedó allí mientras el healthcare professional, en silencio, esperaba. Al poco se dio l. a. vuelta–.

Download PDF sample

Rated 4.15 of 5 – based on 11 votes