Un renacuajo con los mocos colgándole de los angeles nariz y una gorrita de los Giants calada hasta l. a. frente, divertido por el barullo e incapaz de entender por qué motivo se encontraba en una iglesia desconocida, escuchando a un sacerdote católico, delante de un ataúd de madera oscura, sobre el que había dos coronas de flores con los angeles misma leyenda: DE TU ESPOSA. Tenía cuatro años, a ella le habían dado un permiso de veinticuatro horas. Llevaba puesto el uniforme porque por lo menos en el día del postrer saludo Tiberio Paris supiera en quién se había convertido su hija. Durante los angeles misa, Manuela se volvía para mirarlo. También Traian los angeles miraba, embobado. Cuando le sacó los angeles lengua, se echó a reír. Teodora le dio un guantazo. Manuela se acerca, rodea el escritorio, le tapa los ojos con las manos. Cuando Traian se levanta para darle un abrazo, se da cuenta de que ahora ya es más alto que ella. Por lo menos diez centímetros más que el año pasado. Algún grano en las mejillas, los angeles voz de adulto. Y los ojos de los Paris, azules como los angeles flor del lino. Quería haber ido a verte al health center, se disculpa el hermano, pero mamá no me dio permiso. Quedaba lejos, y además period complicado para mí recibir visitas, cube ella, mejor así, Traian. No, protesta él, he pensado todo el tiempo en ti. Manuela es su ídolo. A ella eso le gusta y al mismo tiempo le disgusta. Nunca ha hecho nada para animarlo. No se considera un ejemplo y los angeles devoción de su hermanito l. a. confunde. Le revuelve el pelo. Ven a l. a. mesa, venga, no los angeles hagas esperar, tu madre ha hecho morcillas. Traian pone el ordenador en reposo, y ella tiene tiempo para ver en el fondo de escritorio una foto que le envió por e mail desde Afganistán. Le satisface que haya sabido valorarla. En ella se ve a una chiquilla de l. a. edad de Traian que observa con una mirada dura y resuelta al soldado que l. a. está fotografiando. Parece estar preguntándole qué hace ahí, en su pueblo, y también, no obstante, esperando, pretendiendo casi, algo. l. a. desilusión y los angeles inocencia conviven en su mirada, y cuando Lorenzo –que sacó l. a. fotografía en el pueblo de Qal’a-i-Shakhrak, durante un reconocimiento frente al edificio de los angeles escuela en construcción– se l. a. mostró, ella reconoció algo usual. Cuando l. a. pantalla se apaga, Manuela siente –sin saber explicárselo– un inesperado alivio. los angeles tarde de Navidad, Teodora quiere ir al cine para ver una comedia, para echarse unas risas. A los angeles multisala del Parco Leonardo. Veinticuatro salas, aparcamiento, tiendas, un sitio ultramoderno, que no parece estar en Fiumicino. Manuela no se siente todavía capaz de estar entre l. a. gente, podría entrarle una situation de ansiedad. Lo cube con naturalidad, y con naturalidad Teodora se disculpa por no haberlo pensado, y se apresura a decirle que renuncia sin problemas. overall, l. a. película es una chorrada. Pero Manuela sabe que Teodora quiere ir al cine para recordar a Tiberio Paris, porque ésa period una obstinada costumbre suya, el único placer que se permitía. Su padre iba al cine sólo una vez al año, y siempre el día de Navidad.